Esta semana terminé de leerme el último libro publicado por Juan Eslava Galán sobre viajes: Viaje por el Guadalquivir Y Su Historia
Y en efecto, lo es; no defrauda al lector en ninguno de sus puntos; empezando por una concisa descripción geográfica del río, entrando en las disquisiciones sobre la fuente del río; sin abandonar la histórica; empezando por los primeros «descubridores» (entendiendo por tal los primeros extranjeros que dan con el río; al margen de sus primitivos pobladores), fenicios y griegos; el primigenio pueblo de Tartessos, que Juan lo propone a lo largo del cauce del río; para pasar luego a los íberos y a la importante contribución de los romanos; al crear las primeras infraestructuras que han llegado hasta nuestros días (puentes), así como la primera vía de transporte para el aceite de la Bética que salía desde las almazaras, era guardado en ánforas que se construían in situ, y se embarcaba en pequeñas gabarras buscando el mar, camino de Roma, donde sería consumido por la población, y los envases conservados para la posteridad en el Monte Testaccio
Juan comienza su viaje en Cazorla, describiendo cada pueblo y ciudad por el que discurre el río, haciendo una especial mención a los puentes que lo cruzan: Puente de las Herrerías en Quesada, el Pantano del Tranco de Beas, Santo Tomé, parada obligatoria en Úbeda y Baeza, que aunque no la crucen, si se asoman al valle, el Puente del Obispo, Mengíbar y Andújar con su puente romano, Villa del Río, con parada obligatoria en Montoro, Villafranca, el puente de Alcolea, con varias batallas en su haber, para llegar a Córdoba, la que fue capital de la Bética, así como del Califato de Córdoba bajo la dominación musulmana; segunda ciudad en importancia por la que pasa el Guadalquivir tras Sevilla. Y por supuesto, en un libro de viajes, hablando de Córdoba no podía seguir el cauce del río sin hablar de Medina Azahara.
Almodóvar del Río, para ir llegando poco a poco hasta Sevilla, la capital que controló el comercio con América, el puerto a buen refugio, ubicado en el único río navegable de España, también Itálica, la ciudad donde se establecieron los veteranos de Escipión; incluso la misma Sevilla fundó la Colonia Iulia Romula Hispalis; todo un paseo por su historia y por sus calles; donde Juan nos cuenta los pormenores de la Catedral, personajes que han pasado por ella, desde Cervantes hasta Santa Teresa de Jesús.
Tras Sevilla y sus innumerables cauces, llega el lugar para los últimos kilómetros previos a la desembocadura del río: Doñana, sus marismas, sus cultivos, las islas que aparecen al final, así como su desembocadura en Sanlúcar, la ciudad de donde viene la manzanilla, y donde el autor se entretiene paseando por sus calles con una detallada y viva descripción.
Batallas, como las de Ilipa de los romanos contra los cartagineses, el ataque de los vikingos en la época del califato, o la llegada de una embajada del Japón en tiempos de Felipe II que decidieron quedarse en Coria del Río.
En definitiva, un libro sobre el Guadalquivir, que aborda casi todos sus aspectos, donde Juan Eslava no deja de incluir sus comentarios socarrones y graciosos, incluyendo críticas a la situación actual del país, incluyendo también críticas por la contaminación actual del río. Un excelente libro de viajes y guía sobre Andalucía y el Guadalquivir, que le da sentido y la vertebra.
19 agosto, 2016
por admin
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