14 abril, 2014
por admin
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Había escuchado hace tiempo, que en don Quijote de la Mancha aparecía una referencia a Martos; pero la verdad es que nunca me había parado a investigar; pero esta mañana, leyendo un rato me he llevado una agradable sorpresa al llegar al capítulo 38 del libro II:
Detrás de los tristes músicos comenzaron a entrar por el jardín adelante hasta cantidad de doce dueñas, repartidas en dos hileras, todas vestidas de unos monjiles anchos, al parecer de anascote batanado, con unas tocas blancas de delgado canequí3, tan luengas, que solo el ribete del monjil descubrían. Tras ellas venía la condesa Trifaldi, a quien traía de la mano el escudero Trifaldín de la Blanca Barba, vestida de finísima y negra bayeta por frisar, que a venir frisada descubriera cada grano del grandor de un garbanzo de los buenos de Martos.
Y como muestra, aquí dejo un par de capturas; una de la edición de Ibarra de 1780 y otra de la original de 1615 de Juan de la Cuesta.