El Jardín de la Concepción ubicado a la salida de Málaga, por el puerto de las Pedrizas es la antigua casa palacio del Marqués de Loring, un industrial de éxito de Málaga que decidió construir un jardín botánico en su casa de veraneo, e incluso un pequeño museo (Museo Loringiano) donde ubicado las tablas romanas de la ciudad de Málaga y algunas estatuas romanas que aparecieron en esta finca.
El primer bloque del jardín, desde la entrada hasta la casa es también la más antigua, con plantas con unos 150 años de edad, fundamentalmente tropicales y que recibieron por barco en Málaga.
Desde detrás de la casa sale un camino que pasa por la Casa del Administrador y que recorre la finca longitudinalmente donde hay un jardín internacional, con plantas más genéricas que sirven para recorrer los 5 continentes, donde no sólo se pueden encontrar plantas tropicales como Guayabas, sino también mediterráneas como monumentales pinos o algarrobos.
En la parte superior de la finca, en lo alto de un carrete y justo junto a una presa hay un templete que construyeron los Echevarria; los dueños de la finca desde 1911; y desde el que hay una vista envidiable de la ciudad de Málaga.
Un espectacular jardín tropical tan cerca de casa, que merece la pena ser visitado por cualquier aficionado a la botánica. Fue escenario para el rodaje de varias películas ambientadas en lugares lejanos, puesto que para que ir a Filipinas o Vietnam, si en Málaga hay un pequeño auténtico bosque tropical.

El domingo 21 después del día de turismo que echamos en Priego y dormir en la Casa de Drácula, que una vez amaneció mejoró algo la percepción que teníamos de él, nos fuimos a hacer una jornada de senderismo por el pueblo de Zagrilla, en una ruta que encontramos en wikiloc.
Aparcamos los coches y salimos fuera del pueblo de «Zagrilla alta», desde donde empezamos a subir por un carril entre olivos donde ganábamos altura, a la par que mejoraban las vistas, dejando a la derecha unos riscos con unas paredes casi verticales.
Al seguir ganando altura el carril pasa a convertirse en un sendero, justo cuando desaparecen los cultivos y caminamos entre arbustos e hierbas, aprovechando para tomar un poco de fruta y retomar fuerzas después del comienzo de la caminata.
Una vez llegada a la meseta que preside la Nava, cruzamos un cortijo y un par de alambradas, para continuar paralelos al cauce de un pequeño arroyo rodeado de encinas y quejigos, hasta que cruzamos un cerro y comenzó nuestro particular calvario: La ruta bajaba por una pedriza con un acceso relativamente complicado que nos hizo prácticamente tener que ir saltando de piedra en piedra, hasta que pudimos llegar a la ermita del Esparragal, desde donde ya pudimos salir a una vía de acceso paralela a la carretera por la que pudimos volver a los coches.
Afortunadamente, en Zagrilla alta pudimos ir a retomar fuerzas al bar del pueblo con productos de la tierra; antes de ya volvernos para la casa.
Al final, unos 12 km. en 5 horas en total; relajados, pero sin pausa; y la ruta está disponible en wikiloc por si algún otro loco quiere repetirla.

Como cada año viene siendo tradicional, antes de empezar las vacaciones de Navidad, y después de la última jornada laboral del año nos fuimos los compañeros del Departamento a comer a los Reales y luego a tomar unas copillas al «Bauhaus».
Todo sea por empezar las vacaciones con buen pie.