El otro día terminé de leerme «El Pintor de Batallas«, una novela de Arturo Pérez Reverte del año 2006. Todavía me acuerdo de mi último año en Múnich lo leía una compañera en el S-Bahn.
La novela cuenta la historia de un antiguo fotógrafo de guerra, Faulques , que, retirado, decide pintar un mural en un antiguo faro semi abandonado, sobre sus recuerdos de guerra. Un buen día aparece un extraño visitante, de origen croata, Markovic, el protagonista de una de sus antiguas obras, con unas ideas muy fijas.
Faulques empieza a recordar a raíz de esta visita sus experiencias, vivencias, recuerdos, a lo largo del globo, en diferentes guerras, diferentes etnias, y al final todos con un propósito común, el de matarse como animales. Si bien Markovic es capaz de ofrecerle otro punto de vista sobre sus obras y sus acciones, aparentemente tan inocentes, o recuerdos sobre la gente que lo acompañó durante esos años.
Es imposible al leer esta novela no recordar, «Territorio Comanche«, una novela entretenida.