Ayer domingo aproveché un ratillo libre para ver esta película que ya tenía pendiente desde hace bastante tiempo (creo que se estrenó hace un año ya), la que es por el momento última película de James Bond (y ya hace la 22), y continuación de «Casino Royale«, con el nuevo giro que le han dado a la serie con el nuevo James Bond: Daniel Craig.
La película comienza con una persecución en Italia entre el Aston Martin DB9 de James Bond y un Alfa Romeo 159, que evidentemente termina bien para Bond y mal para los otros. Cuando consigue llegar a Siena, en la guarida del MI6 saca del maletero a su paquete: El Señor White, miembro de una organización secreta (¿Guiño a la antigua Espectra de las primeras películas de James Bond?), cuando descubren que un compañero del MI6 es un infiltrado de esta organización, matando a varios de los asistentes a la «reunión» y comenzando una peligrosa persecución por Siena.
Tras la muerte de todos los miembros que el MI6 tiene de esta organización comienza la investigación de nuevas pistas, que les lleva hasta Haití, donde James Bond entra en contacto con la bella Camille y con el villano Dominic Greene: En tratos con generales golpistas.
Dominic resulta ser un benefactor mundial que construye reservas naturales por todo el mundo, con contactos en la CIA, aunque parece que sus intenciones no son tan buenas como parece.
James persigue a Dominic hasta Austria, al festival de Bregenz, donde Dominic se reune utilizando pequeños interfonos en medio del festival, comunicaciones que consigue captar James Bond haciendo que todos se pongan nerviosos. En la huída, un James más sanginario que nunca (me recuerda en cierto modo a Timothy Dalton en «Licencia para Matar» – 1989) mata a un guardaespaldas de un pez gordo del gobierno británico. James recibe órdenes de volver a Londres para dar explicaciones, pero en vez de eso, decide continuar con su investigación para evitar perder a Dominic. M comenzando a dudar de James, decide bloquearle las tarjetas y dar órden de captura contra James, aunque recurre a un viejo amigo para perseguir a Dominic en Bolivia. Al llegar allí seduce a una funcionaria inglesa de la embajada que le permite asistir a una fiesta donde de nuevo vuelve a coincidir con Camille y comienza una investigación, perseguido por la policía boliviana, que termina de nuevo en más muertos.
Cuando el avión que lleva para explorar los terrenos que Dominic ha adquirido en Bolivia se estrella, descubre realmente cuál es el secreto de Dominic: Efectivamente, no iba detrás de reservas naturales. Volviendo a la Paz, le espera M y agentes del MI6 que tienen órdenes de captuar a James, descubriendo el cadáver cubierto de petróleo de la funcionaria británica (¿Guiño a Goldfinger?)
James consigue escapar del cerco del MI6, para ir finalmente a por todas a por Dominic y resolver el caso, siendo el desenlace final en el Hotel de las Dunas, con un resultado devastador.
La última película de James Bond, entretenida, bien ambientada, espectacular en cuanto a los efectos especiales, los coches y las ropas que sacan.
En esta película vemos a un James Bond muy violento, fuera de control y del que M empieza a dudar, con muchos guiños a algunas antiguas películas de la saga.