El sábado pasado por cambiar un poco de hábitos nos fuimos a comer a la ermita, aquí en Martos, justo debajo de la Peña.
Lo primero que se ve al llegar es la cantidad de merenderos y barbacoas que colocó el Ayuntamiento hace ya algunos años.
Nosotros después de comprar la carne, el pan y las bebidas, recogimos a Inma que llevaba su tortilla de patatas-atún y para arriba para la ermita.
Entre Iván y yo intentamos encender el fuego con el carbón vegetal, pero eso era más difícil de lo que parecía… el carbón vegetal arde sin llama… menos mal que teníamos la cervecilla y el jamón al lado para ir haciendo la espera más agradable.
Finalmente pudimos hacer ascuas y empezamos a asar la carne: chuletas, chorizos, morcillas,…
Justo cuando todo el trabajo duro estaba hecho, llegó Manuel Jesús con su primo de jugar al padel.
Nos quedamos cortos de provisiones de cerveza, así que tuvimos que bajar en un momentillo a la gasolinera de Mipelsa para comprar un poco más de cervecilla.
Y después de terminar de comer, para bajar un poco la comida anticolesterol, decidimos subir a la Peña, para hacer un poco de ejercicio y disfrutar de sus vistas.
Subimos allí, dimos una vuelta por la mesetilla, fuimos a la torre, y de nuevo para abajo.
Y allí ya terminamos por tomarnos una copilla y cuando anocheció, lo recogimos todo y vuelta para Martos, cada uno con un plan… yo descansar para la bici del domingo.

Casi con un mes de retraso, todavía no había puesto el domingo del puente de Andalucía que estuvimos en Sevilla.
Después de desayunar en el hótel nos fuimos para Sevilla, en principio el plan era ir a misa a la Macarena y luego dar una vuelta por la ciudad.
Aunque cerca de la Macarena había algunos gorrillas, no pudimos aparcar, así que los conductores nos dejaron y se fueron en busca de aparcamiento. Yo ya que estaba por allí aproveché para entrar a misa y ver la basílica por dentro. Es una construcción moderna, de los años 30 y 40, algo muy moderno, y con una construcción muy sencilla: una bóveda de medio cañón con capillas en los laterales. Y en cuanto al público que asistía a misa, sobre todo gente normal, algunos extranjeros y algunos sevillanos de pura cepa.
Después de misa, nos juntamos todos y estuvimos viendo la iglesia, entrando por detrás y subiendo al camarín, y al salir, me encontré, casi por casualidad con la tumba del general de Queipo de Llano.
Después de visitar la Macarena, cogimos un autobús en la puerta misma del Parlamento de Andalucía, desde allí nos bajamos cerca de la calle Sierpes.
La cruzamos hasta salir a la parte de atrás del Ayuntamiento, giramos 180? y continuamos, buscando un bar «El Patio», allí nos quedamos, pedimos unas raciones, unas cañas, y más contentos que unas pascuas.
Y luego venía la parte más dura… la vuelta a casa, así que a desandar el camino: cogimos un autobús para volver a la zona del Parlamento, donde estaban aparcados los coches, nos montamos, y rumbo a salir de Sevilla, en dirección hacia Martos… se había terminado el puente.