El pasado 9 de Noviembre fue el cumpleaños de Manolo, pero unos días antes recibí una llamada de Lola, para prepararle un cumpleaños sorpresa, que 30 años no se cumplen todos los días. Así que empezamos a preparar algunas cosillas. Un mural con las fotos desde pequeños lo dí por imposible… Así que sólo nos quedamos en comprarle un par de regalos: Un casco para la bici y un GPS para el coche, para evitar futuras pérdidas.
Así que el sábado a mediodía, nos juntamos en el Colegio San Antonio, Jesús, Deme, Alfonso y Marta y rumbo al campo. Allí estaban ya casi todos los familiares de Manolo (tíos, padre, madre, primos, abuelo,…), y algunos que llegaron más tarde (o incluso tuvimos que ir a recogerlos como Ana y Pepe) y esperamos a que Lola trajese a Manolo engañado. Tan sólo hay que ver la cara de sorpresa que puso cuando entró por la puerta. ?No se esperaba nada de nada!
Empezamos un poco con los aperitivos, y luego con un arroz que hizo el padre de Manolo, muy rico, luego los regalos, y un postre a base de natillas y costrada de las Trinatiras. ?riquísimo!
Después nos quedamos la tarde en el cortijo, tomando una copilla y tomando el fresco (nunca mejor dicho), en la puerta del cortijo. Incluso se nos llegó a hacer de noche, pero al poco nos volvimos para Martos. Un buen día de campo.

El verines 11 de Noviembre, Oriol y Fernando, dos compañeros de Valeo decidieron organizar una fiesta, para salir de la rutina y vernos los compañeros fuera de la oficina, con otras caras y otras ropas, que también hay que hacer actividades «extralaborales».
Así que por la noche quedamos para tomar una cervecilla en los Reales, y después de tomarunos unas raciones, cogimos los coches (los que no bebieron) y nos fuimos al polígono, a la discoteca «Quinta Esencia«. Allí nos encontramos con muchos compañeros, jefes de proyectos, gente de calidad, óptica, algo menos de gente de fábrica.
Al final hasta las 4 ó las 5 de la mañana, casi sin darnos cuenta. Eso es que nos lo pasamos bien.