La semana pasada me leí de forma rápida «El Halcón Maltés«, del escritor estadounidense Dashiell Hammett; publicada en inglés en 1930; y se ha convertido con el tiempo en uno de los iconos de la novela negra.
Sam Spade es el protagonista de la novela; investigador privado junto a su socio Miles Archer, reciben el encargo de la señorita Wonderly de seguir a un sujeto que aparentemente está flirteando con su hermana. Esa misma noche Spade recibe una llamada de teléfono informándole de que su socio ha aparecido muerto, junto con el hombre que seguía.
Comienza un peligroso juego entre la policía; viejos conocidos de Spade, un corredor de un ricachón, Cairo, un matón a sueldo, Wilmer, y el ricachón que está detrás de todo, Gutman; que va detrás del «Halcón Maltés», un halcón de oro y piedras preciosas que la orden de Malta regaló al emperador Carlos I de España como regalo por cederles la isla de Malta para que pudieran establecerse después de ser expulsados por los turcos. Gutman venía persiguiendo el Halcón Maltés desde Constantinopla donde lo tenía un viejo general ruso exiliado de la Revolución.
Y así, con el claro perfil del «tío duro» que tiene las ideas claras y que siempre consigue lo que se propone; aunque le partan la cara un par de veces por su camino, vemos como Spade consigue salir airoso de todas las encerronas; y ¡sin terminar en la cárcel!
Todo un clásico dentro de la novela negra; recomendable para cualquier amante de la buena literatura.
Y por supuesto, la novela ha sido adaptada varias veces al cine; la más famosa en 1941 dirigida matristralmente por John Huston y protagonizada de igual manera por Humphrey Bogart.