El punto de inicio del Camino de Santiago portugués que hicimos fue Lisboa; donde llegamos con el autobús justo para la hora de comer; fue curioso como tras pasar Badajoz, en menos de 5 km. estábamos ya en Portugal mientras los móviles perdieron la cobertura.
Después de descansar un rato en el hotel, fuimos a darnos una vuelta por el centro de Lisboa, así que dando un paseo llegamos casi sin darnos cuenta hasta la Plaza del Comercio (Plaça do Comércio); pasando antes por el Elevador de Santa Justa y desde allí, después de echarnos unas fotos, cogimos un tranvía (Uno moderno, no uno de los antiguos tan típicos de Lisboa que aún siguen circulando) para ir hasta el Monasterio de los Jerónimos de gótico manuelino (equivalente al gótico isabelino español), donde no entramos por ser tarde y nos echamos una fotografía junto al Monumento a los Descubridores y tras seguir dando un paseo, volvimos a montarnos en un tranvía para volvernos al centro de Lisboa.
De nuevo en la Plaza del Comercio paramos a tomarnos una cerveza en los bares de la zona; para luego quedarnos a cenar por las cercanías; una zona turística del centro de la ciudad que salvo por el entorno podría estar en cualquier sitio; y por supuesto ya tuve la oportunidad de probar el afamado bacalao portugués.
Y sin trasnochar mucho, vuelta al hotel (esta vez en metro, había que probar todos los medios de transporte de Lisboa). Al día siguiente teníamos la primera etapa, con destino a Batalha, con más de 100 km.
23 septiembre, 2015
por admin
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