Esta semana terminé de leerme la que es por el momento penúltima novela de Pérez-Reverte, “Línea de Fuego”, una novela inspirada en la Guerra Civil, en la Batalla del Ebro, para ello el autor sitúa un pueblo, Castellets del Segre, en ella una unidad republicana, encuadrada por varias brigadas, incluyendo una de Internacionales y con un grupo de transmisiones compuesto por mujeres cruza el Ebro la noche del 24 de Julio de 1938, para tomar el pueblo de Castellets, comenzaba la Batalla del Ebro, que la República terminaría perdiendo, siendo ya el comienzo del fin de la Guerra Civil.
Violentos combates, de noche y de día, con casi cualquier tipo de arma a mano: ametralladoras, fusiles, granadas, artillería, explosivos, todo vale, para ver como al principio ceden los nacionales y al recibir refuerzos, como los republicanos van perdiendo el terreno ganado.
Valentía, cobardía, el sentido de cumplir el deber, la rapiña y el poder sacar algo, lo mejor y lo peor de la humanidad se muestran aquí, cuando los soldados se enfrentan a situaciones límites, donde lo único que les rodea es la muerte. Algunos soldados luchando por su ideología, otros huyendo de la muerte que los habría condenado permanecer en sus casas y otros sencillamente por ser soldados de reemplazo a los que les tocó combatir.
Perez-Reverte muestra aquí toda su experiencia como antiguo reportero de guerra. Conoce bien la guerra y la conoce de primera mano, reflejando toda la crueldad en esta novela