Con algunas semanas de retraso desde la fecha de estreno, por fin he podido ver «Indiana Jones y el Dial del Destino«, la quinta entrega de la franquicia que comenzó allá por el año 1981, y 15 años después de la anterior entrega, «la Calavera de Cristal»
Empezamos la película con los últimos días de la II Guerra en Europa, donde Jones, disfrazado de oficial de las SS ha sido capturado, mientras una unidad del ejército alemán está evacuando unas piezas de arte para llevarlas a Alemania, ante la posibilidad de poder hacerse con la «Lanza de Longinos«, tras escapar a la horca, y perseguir un tren para liberar a su compañero, el arqueólogo Shaw (Toby Jones), finalmente terminan cruzando el frente y en manos ingleses. En los últimos momentos, el Profesor Voller (Mads Mikkelsen), le informa a sus superiores que la Lanza de Longinos es falsa, pero ha encontrado el «Dial del Destino», el mecanismo de Anticitera, que en la película le dan el poder de controlar los viajes en el tiempo a través de brechas.
De nuevo volvemos a ver al Dr. Jones, ahora ya mayor y derrotado, en 1969, coincidiendo con la vuelta de los astronautas del Apolo XI, a la vez que también se jubila de profesor en su universidad; aunque recibe la visita de la hija de Shaw, Helena (Phoebe Waller-Bridge), y lo incita a reemprender la búsqueda del mecanismo de Anticitera, todo se complica, cuando Jones le enseña el mecanismo a Helena, justo cuando reaparece el Profesor Voller, junto con su equipo de matones, matando a algunas personas en la Universidad, por lo que Jones tiene que escapar, perdiendo a Helena y al Dial. Con la ayuda de Sallah (John Rhys-Davies, por el que han pasado los años desde su aparición en «La Última Cruzada»), se ponen tras la pista de Helena en Tánger. Desde allí comienza la busqueda de todo el Dial, primero buscando el «Graphicos», las claves para encontrar la parte que falta, directamente en el Mar Egeo, buscando donde apareció las piezas actuales del Dial; para ello cuentan con el mejor buzo español: Renaldo (Antonio Banderas, que tiene una intervención muy corta en la película).
De nuevo Voller le pisa los talones, y Jones tiene que salir corriendo para Siracusa, la ciudad donde murió Arquímedes, durante la Segunda Guerra Púnica, aparente autor del Dial. Jones y Voller aún tienen que ajustarse las cuentas en la búsqueda del Dial y las verdaderas intenciones de Völler para corregir la historia.
En fin… que podemos decir de la última entrega de Indiana Jones, películas con las que crecimos, aunque ver a los actores ya tan cascados, la verdad es que también baja un poco el ánimo. Aunque por supuesto volver a ver a Indiana correr, perseguir, peleándose y consiguiendo descifrar los enigmas que sus aventuras le van planteando bien merece la pena. ¿Estaremos ante la última entrega la franquicia?