El pasado sábado participé en el «Dessafio 2010«, una prueba ciclista que se celebra por la zona de la Sierra Sur de Jaén y con una dureza increíble; difícil de contar.
José María fue el que me convenció para apuntarme y además se unieron varios compañeros de la oficina; así que recien llegado de Alemania, con «entrenamientos«, muy suaves, allí estaba, a las 8 de la mañana para recoger el dorsal; el 1400, así que el número de asistentes a la prueba era más que multitudinario.
El perfil, asustaba, 100 kilómetros con más de 3000 metros de desnivel; menos mal que había un punto intermedio en el que se podía salir del circuito oficial para volver a Valdepeñas y no hacer una etapa tan larga.
Nada más salir de Valdepeñas empezamos con el primer puerto, «Navalayegua», no muy complejo, pero que al ir con tantos ciclistas dificultaba el avance, en especial en los terrenos más abruptos donde era fácil encontrar a ciclistas a pie, que te partían el ritmo. El descenso, realmente increíble por lo paisajes y las encinas y pinos que rodeaban el carril casi en su totalidad, así como unas vistas de Jaén envidiables. Allí el primer percance: un pinchazo de Fran, así que tuve que parar para echarle una mano. Terminamos de bajar la cuesta, y nos encontramos con unos arroyos y una zona plantada de chopos, donde había un puesto de avituallamiento. Después de coger fuerza, empezamos a subir el segundo puerto, «Sierra de Trigo», una zona a 1500 metros de altitud, con muchas rachas de viento (de hecho hay varios aerogeneradores), y después salimos a una carretera, donde el asfalto parece que hace años que falta, donde estaba el segundo puesto de avituallamiento.
Bajamos por la carretera descarnada para desviarnos luego a mano derecho por otro carril asfaltado y llegar al primer punto de control, y donde uno podía desviarse para hacer la ruta alternativa hasta Valdepeñas.
La ruta alternativa que nos habían comentado pensábamos que eran 15 kilómetros con subidas de menos de 400 metros, pero no; resultaron ser 15 kilómetros, pero con 7 kilómetros de subida y otros tantos de bajada.
Menos mal que finalmente pudimos llegar a Valdepeñas, bastante cansados porque al final salieron 50,4 km. en 4 horas y cuarto, con un desnivel acumulado de 1500 metros y 3443 kilocalorías gastadas. Ahí es nada.
Al llegar a Valdepeñas había una comida, a base de pasta, bebida para rehidratarse (que rica cerveza), y después pudimos ver la entrega de premios; el vendedor, Javier Moreno del equipo Andalucía-Cajasur y que hacía meta cuando nosotros estábamos en el segundo avituallamiento…
De todas formas, a lo largo de la tarde siguieron llegando ciclistas que completaban la prueba, los últimos que vimos llevaban ya casi 12 horas de marcha. Desde luego, todo un desafío para cualquier ciclista que se preste.