
Ya que estábamos de racha viendo El Crack Cero (del 2019); el Crack (de 1981), tocaba cerrar la trilogía viendo el Crack II de 1983. De nuevo estamos ante Germán Areta interpreatdo por Alfredo Landa; que nada más empezar tiene que mostrar su sangre fría para solucionar conflictos: Unos yonquis se habían metido en su coche (un flamente y novísimo Renault 18 de gasoil), y que como siempre es capaz de resolver de forma rápida y sin mucha violencia.
El abuelo, su antiguo jefe en la policía le manda un nuevo caso: El de un homosexual ya mayor que ha sido abandonada por su pareja de los últimos 20 años y quiere saber qué ha sido de él. Areta decide volver a pedir la colaboración del Moro y comienzan a meterse en el mundillo farmaceútico donde trabaja el novio; personas de vida acomodada; exposiciones, arte, filatelia, numismática y dinero se mezclan en la vida de la pareja. Sin embargo fondos de inversión y poderosos empresarios mueven los hilos por detrás con otros intereses.
Billares, poderosos, ricos, pobres, buscavidas, sucias vengzanzas, todo se entre mezclan en esta serie de películas con muchos giños al cine negro estadounidense de los años 50. Novia desatendida, abandonada, pero enamorada hasta las trancas que siempre permanece fiel y vuelve; una buena película de cine negro relativamente actual; y un buen homenaje de Garci al cine clásico.