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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

1 enero, 2011
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Fotografías de Nochevieja

Nochevieja 2010
Ayer, nochevieja, salimos un rato para echar una copilla los amigos, primero quedamos los solteros para irnos al Gran Café, y después de ver a algunos antiguos compañeros del colegio, cambiamos para irnos a otro pub nuevo, el que está enfrente del Planeta, que ahora lleva nueva dirección, donde nos encontramos con Iván, Mario, Kino, David, Díaz y sus novias.
Allí estuvimos un ratillo, hasta que ya poco a poco empezaron a irse los más juiciosos, y algunos nos volvimos de nuevo al Gran Café.
Yo me volví relativamente temprano, sobre las 7 de la mañana. De todas formas, aquí están las fotografías de la noche.

1 enero, 2011
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Vértice geodésico de la Grana

Vértice geodésico de la Grana
El otro domingo (ya hace 3 semanas), cogí la bicicleta por hacer un poco de deporte, y esta vez tocó la de montaña, para no hacer ninguna ruta complicada o desconocida, subí a la Grana, por la ruta «convencional», los primeros kilómetros de asfalto, luego la parte de carril de tierra, el pilar del marchante, y las últimas subidas hasta que se corona la sierra.
Cuando llegué a todo lo alto, decidí aventurarme por el carril que sale a la izquierda, y que nunca habíamos cogido: Sólo con ver la rampa, se le quitaban a uno las ganas, con una inclinación de hasta el 25 %, pero el esfuerzo merecía la pena. Cuando se pasa la rampa inicial, se llega a una mesetilla, en la que hay algunos restos de construcciones, caminos que bajan por otras zonas de la Grana y un mirador. Y es que las sierras que se pueden apreciar, desde los 1200 metros de altitud del pico, son bastantes: Desde í?beda y Baeza, hasta la Pandera, la Caracolera, la Ahíllos, Sierra Nevada,…
Sierras desde la Grana.
Y una vez fotografiado todo, vuelta para Martos: bajé la Grana en dirección hacia Jamilena, salí a la ermita y bajé por la carretera de la ermita, crucé el pueblo, en dirección a Torredonjimeno (en cuyo tránsito me llené por completo de barro). Una vez allí ya enganché con la vía verde y rumbo a Martos, que llegaba tarde.
Al final, 37 kilómetros, en dos horas y media y 774 metros de ascensión, quemando en total 1900 kilocalorías. No está mal.

1 enero, 2011
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La Piel del Tambor

La Piel del Tambor
Aprovechando estas navidades, he podido leer un poco más, y he podido terminarme, «La Piel del Tambor«, la novena novela de Pérez Reverte del año 1995. Curiosamente la edición que cogí en la Biblioteca de Martos está editada por el ABC en una colección dedicada a viajes.
La novela se desarrolla en Sevilla, donde llega un jesuita desde el Vaticano, el Padre Quart, con la misión de encontrar a un pirata informático que se ha metido en el ordenador del Papa, para dejarle un mensaje para advertirle del peligro que corría una iglesia de Sevilla, acosada por la especulación inmobiliaria.
El segundo director del Banco Cartujano, Pencho Gavira, está detrás de la operación: A cambio de comprarle la iglesia al Obispado, situada en pleno centro de la capital, el banco se compromete a construir otra parroquia en un barrio más necesitado de Sevilla y crear asociaciones de ayuda a los necesitados. Para ello, el guardaespaldas de Gavira, se encuentra de constratar a tres indocumentados (Un falso abogado cubano, una cantante de tablado fracasada alcohólica, y a un torero y boxeador que tampoco triunfó pero se quedó un poco sonado), para hacerle el trabajo sucio (vigilancia de los párrocos, del agente del Vaticano,…).
El Padre Quart empieza con la investigación por la iglesia, donde conoce al párroco el padre Ferro, a la hermana Marsala, una monja americana, arquitecta, y que se encarga de la restauración de la iglesia, al coadjutor de la parroquia, al obispo de Sevilla, y a Macarena Bruner, la última descendienta de una familia aristócrata de Sevilla, los Marqueses de Nuevo Extremo, uno de ellos fue el que construyó la iglesia.
Cada uno toma claramente su bando: Banco Cartujano y sus empleados junto con el obispo por un lado, y el párroco, la monja y Carolina por otro lado, y en medio un periodista entrometido que se encarga de sacar los trapos sucios de todos, comprando a quien necesita.
El padre Quart comienza su investigación intentando sin tomar partido por nadie, avanzando poco a poco, dándole la información poco a poco, de los protagonistas de la trama, de la historia de la iglesia, de la familia Bruner.
La novela se desarrolla en Sevilla, contando en detalle muchos lugares de Sevilla del centro, palacios, iglesias, etc.
Personalmente no me ha gustado tanto como la anterior novela que me leí de Pérez Reverte: La Tabla de Flandes, mucho más descriptiva, y repitiendo algunas veces las descripciones, una trama interesante, aunque en ciertos momentos no me llegaba a enganchar por completo, pero aún así una novela muy entretenida e interesante. Seguro que hará disfrutar enormemente a la gente que conozca Sevilla más en detalle que yo.