Continuando con el viaje al Rocío que hicimos el pasado puente de Agosto al Rocío; el sábado 16 salimos de Almodóvar temperano en dirección a Sevilla; con intención de evitar la autovía; salimos del pueblo por la piscina municipal; cogiendo la A-431; rodeando Posadas, Palma del Río, Peñaflor y haciendo una pequeña parada en Lora del Río (a 55 km. de la salida) para tomar alguna cosa y continuar con la marcha.
En el trayecto hasta Lora me quedé impresionado al ver la entrada al Palacio de Moratalla (a la altura de Hornachuelos), con unas verjas de hierro forjado con el escudo familiar; unos jabalís franqueando la puerta y unos árboles (eucaliptos y cipreses) centenarios rodeando el camino de entrada; así como las vías del AVE paralelas a la carretera ¡Qué velocidad traían los trenes; como para intentar seguirlos! y el río.
Continuamos por Alcolea, Guadajoz, Tocina, bordeamos Brenes y la Rinconada antes de finalmente entrar en Sevilla.
En esa etapa se percibe el cambio de cultivos entre la Andalucía Oriental y la Occidental; así como su geografía y clima; aparecen muchos cultivos de naranjo, maíz e incluso de palmeras; el calor se vuelve más húmedo; e incluso las casas de los pueblos son diferentes; quizás marcados por los pueblos con menos cuesta y las casas con menos altura.
Pudimos cruzar Sevilla sin mayores contratiempos; paralelos al río; hasta que llegamos al hotel, «Ribera de Triana«; en Triana. Allí cogimos las habitaciones; nos arreglamos y nos bajamos a comer; un arroz que nos supo a gloria después de tanto cansancio.
En la terraza del Hotel hay una piscina, con unas vistas del casco antiguo impresionantes; pero a mí me pudo el sueño; así que me eché una siesta; antes de salir a dar una vuelta por la tarde-noche; paseando por el mercado de Triana; y cenando por la zona, antes de irnos a tomarnos una copa.
El domingo aún estaba por llegar, y con él la última etapa hasta el Rocío.
Al final, 116 km. en 4 horas y media, con unos 250 metros de desnivel. Llana es poco para describir esta etapa.