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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

19 enero, 2015
por admin
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El Gran Hotel Budapest

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Aprovechando la tranquilidad de este fin de semana; vi «El Gran Hotel Budapest«, escrita y dirigida por Wes Anderson; una comedia del 2014 con una ambientación un tanto surrealista; aunque en un entorno claramente identificable por el espectador.
La historia comienza cuando un escritor (Tom Wilkinson); en 1985 empieza a rememorar una historia que le contaron cuando durante un retiro temporal en el Hotel Budapest, en 1965, para intentar recuperar su cretividad; allí el escritor (Jude Law) conoce a Zero Moustafa (Murray Abraham), que comienza a contarle la historia de cómo adquirió el hotel: en la época de entreguerras; en una nación inexistente: En la República de Zubrowka; que viendo los paisajes y la historia que cuenta, podría confundirse con la República Checa; se encontraba un hotel de lujo, en el que a primeros del siglo XX veraneaba la flor y nata de la sociedad europea; como pudiera pasar en Sevilla con el Alfonso XIII o en Granada con el Alhambra Palace; y allí estaba Monsieur Gustave (Ralph Fiennes), encargado del hotel y que se encargaba de acompañar a todos dos los visitantes del hotel, para que no les faltara de nada; hasta límites insospechados; y por supuesto siempre con unos modales exquisitos. Allí estaba el joven Zero Moustafa (Tony Revolori); que comienza a aprender a la sombra de M. Gustave; al poco se ven envueltos en la muerte de una antigua cliente del hotel, Madame «D». (Tilda Swinton), por lo que deciden ir a presentar sus respetos; allí descubren que Madame D. les ha dejado un valioso cuadro; ante el asombro y la animadversión de sus hijos y herederos.
Una vez puesto el cuadro a buen recaudo y retornados al hotel, M. Gustave es acusado de la muerte de Madame D., por lo que la policía, comandada por el capitán Henckels (Edward Norton); otro hijo de antiguos clientes del hotel. M. Gustave es llevado a la cárcel, donde es ayudado por otros presos (entre ellos Ludwig – Harvey Keitel) a salir de la cárcel, para poder resolver el embrollo.
Una divertida comedia; un tanto surrealista; y es que los decorados, así como las ropas acompañan a ello; curiosamente rodada en Dresde y Görlitz, lo que me trajo buenos y gratos recuerdos; incluso con muchas vistas de la Suiza sajona; donde tenemos de todo para ambientar la época; incluso intervenciones político – militares en la pequeña República de Zubrowka; inspiradas en la intervención alemana en Checoslovaquia; incluso la llegada del comunismo tras la guerra para poder localizarla con más facilidad.
Entretenida y que merece la pena ver; no sólo para pasar un buen rato.