La semana pasada, al calor del estreno de la nueva película de James Bond, aprovechamos para escaparnos al cine y ver de nuevo a Daniel Craig, interpretando a Bond, James Bond.
Toda la trama comienza en México, donde 007 va tras los pasos de un misterioso criminal, llamado Marco Sciarra, que intenta perpetrar una serie de atentados en México; para lo que James Bond decide detenerlo, sin pensárselo dos veces cuando tiene que meterse en un helicóptero detrás del delincuente. Rescatando un anillo del cadáver con el símbolo de un pulpo, intenta seguir la pista de la nueva organización «Spectre», siguiendo las instrucciones de su antigua jefa «M».
Mientras tanto, el nuevo director del departamento, el nuevo «M», se encuentra inmerso en una fusión de su departamento en un sistema de seguimiento y espionaje de las comunicaciones electrónicas, al más puro estilo del Gran Hermano de George Orwell.
Bond decide meterse en la misma boca del lobo buscando qué se encuentra detrás de la organización de Spectre.
Persecución tras persecución, de México a Roma, a Austria, para terminar en el norte de África, siempre acompañado de una chica; primero de la mismísima Monica Bellucci (Lucia Sciarra) y después de la hija de un antiguo enemigo suyo, Léa Seydoux (Dra. Madeleine Swann), y donde después de muchos años volvemos a ver a Ernst Stavro Blofeld, el brillante criminal que se esconde detrás de las últimas organizaciones criminales desmanteladas por 007.
Una película entretenida, llena de acción; y que por supuesta cuenta con muchísimos seguidores incondicionales, que disfrutarán de la nueva entrega de la película.