Tras mes y medio de estar encerrados en casa sin salir más que una vez o dos a la semana para ir al supermercado; que en nuestro caso se encuentra a unos 300 metros de casa; de una apariencia casi fantasmal de las calles; por fin este fin de semana el gobierno levantó la prisión domiciliaria y hemos podido salir a dar una vuelta por la calle.
Algunas calles estaban muy frecuentadas y eran auténticos ríos de gente; otras zonas más alejadas estaban más solitarias. Está claro que la gente tenía ganas de tomar un poco de aire fresco en la calle.