Siguiendo con las rutas de descubrimiento provincial debido a las restricciones de movilidad por el COVID19, uno de los destinos que no pueden faltar en Jaén es una visita a Baños de la Encina y su impresionante castillo: el Castillo de Burgalimar.
Es un Castillo de origen arabe; datado el comienzo de su construcción en el año 968 como atestigua la piedra fundacional que se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid (Se puede ver una reproducción en el Castillo). Posteriormente y ya durante el dominio cristiano; en el siglo XV se le añadió una gran torre del Homenaje; claramente diferente al ser de piedra; frente a la construcción de tapial del resto del Castillo.
La entrada tiene un coste simbólico y dentro pueden visitarse el patio de armas donde quedan numerosos restos de anteriores construcciones; e incluidos restos tanto prehistóricos como romanos; así como subir a la Torre del Homenaje y disfrutar de las estupendas vistas de la ciudad y del Patio de Armas.
Lo curioso de este castillo es su conservación; y se debe a que durante varios siglos alojó entre sus muros el cementerio del pueblo.
Tras dar varias vueltas por el castillo y subir a la torre; e incluso revisar algunos restos romanos que allí están; salimos para seguir paseando por el pueblo.
El siguiente destino que queríamos visitar era la ermita de Jesús del Llano; en el otro extremo del pueblo; cuando llegamos lamentablemente estaba cerrada, pero tiene un interior barroco digno de visitar.
Volvimos a coger el coche y tras bordear el pueblo para disfrutar de las vistas del castillo desde diferentes sitios; nos fuimos a las afueras donde está el Pantano del Rumblar y algunos de sus entrantes (el Pantano del Rumblar tiene algunas de las playas de agua Dulce de la provincia de Jaén)
Y tras eso; nos volvimos a casa. Un día bien aprovechado.