Después de visitar Salamanca y camino de León paramos en la ciudad de Zamora para dar una vuelta por la ciudad, la gran desconocida y de la que tanta gente pasa de largo, cometiendo un gran error.

Aparcamos cerca de la Ilgeisa de Santa María de la Horta, que abre esta entrada, saboreando ya el románico leonés nada más bajar del coche. Fuimos callejeando buscando el centro, pasando por la Plaza de Santa Lucía, donde pudimos ver las típicas cigüeñas que acompañaba el campanario de la iglesia, para luego llegar hasta la Plaza Mayor de la ciudad, presidida por el Ayuntamiento de la ciudad y la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva.

La Iglesia de San Cipriano fue una de las mayores sorpresas que nos encontramos una pequeña iglesia románico-gótica, pero con restos de frescos románicos en partes del ábside y capiteles aún policromados.

Seguimos paseando por la ciudad, buscando finalmente la Catedral, en la que encontramos dos partes claramente diferenciadas, una portada neoclásica y otra románica; más de 500 años de diferencia entre una; y con un muy bonito campanario románico.

Desde allí nos bajamos buscando el río, ya cerca del coche, donde paramos para comer y continuar marcha hasta León; una pequeña parada en Zamora, pero muy interesante por lo sorprendente del patrimonio de la ciudad.