29 septiembre, 2021
por admin
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Terminé de leerme este libro la semana pasada; lo descubrí casi por curiosidad en una conversación cruzada de unos amigos; y resultó ser el libro más vendido en España en el 2020; el año en el que comenzó toda la pandemia del COVID.
El libro es un pequeño histórico sobre la aparición del libro en el mundo antiguo: desde como las primeras historias se transmitían de forma oral, la aparición de la complicada escritura cuneiforme en tablillas de barro (cocidas por accidente) en Mesopotamia y la escritura jeroglífica en Egipto y su gran descubrimiento: la escritura en hojas de papiro; un medio que permitió revolucionar la forma en que nos comunicábamos; pasando del uso de la escritura para fines únicamente administrativos para empezar a desarrollar una literatura; pese a ser algo tremendamente frágil y perecedero; los rollos de papiro apenas si duran un par de siglos en condiciones normales de almacenamiento; posteriormente, en época helenística aparece el pergamino, precisamente en la ciudad de Pérgamo para competir contra el papiro de Egipto en épocas de rencillas.
Y llegó el Rey Ptolomeo y creó la Biblioteca de Alejandría, con lo que cambió todo el mundo, y toda la concepción de lo que era la cultura, el almacenamiento de los textos, la aparición del concepto «museo», los sabios y expertos dedicados únicamente al estudio, a catalogar y copiar los manuscritos existentes; a intentar corregir los defectos que han podido ir apareciendo en las sucesivas copias de las obras clásicas, y como no, la supremacía de la cultura griega tras Alejandro Magno, el paso a libros y pergamino de las obras mitológicas de Homero: La Ilíada y La Odisea.
Y llegó Roma y ello no supuso una crisis de la cultura grieta ni de sus bibliotecas; más bien al contrario, los romanos se encargaron de difundir la cultura griega más si cabe aún por todos los rincones del Imperio; difundiendo el modelo griego de cultura, incluso creando dentro del Imperio dobles bibliotecas: una para las obras en latín y una segunda para obras en griego; como puede comtemplarse en la única biblioteca clásica que ha llegado hasta nuestros días: la Villa de los Papiros, donde la erupción del Vesubio permitió conservarse a los rollos, pese a estar carbonizados.
También romanos son la invención de los libros, al ir encadenando sucesivos papiros o pergaminos con anillas, como puede contemplarse en el célebre fresco pompeyano de la joven que medita con el estilo en la boca y unas tablillas encuadernadas en la mano.
El libro no va más allá; no entra en la invención del papel ni de la imprenta; unas mínimas referencias a los escriptorium medievales de los conventos; pero con la caída del Imperior Romano y la llegada de los bárbaros parece terminar el libro.
Una excelente obra, con muchísimas referencias a la literatura clásica; especialmente a la griega y a la romana; y con interesantes reflexiones sobre lo que significa la modernidad: el libro es un invento tan moderno que aún no ha conseguido ser desbancado por nada. ¿Qué es más moderno, una cinta VHS o un libro? ¿Somos capaces de ver una película de una cinta VHS fácilmente a día de hoy? Y todo gracias a una serie de acontecimientos históricos de importancia trascendental: la aparición de la escritura, del alfabeto, del papiro, del pergamino, y la incansable curiosidad humana y su afán de almacenar.