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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

2 agosto, 2008
por admin
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Londres: Segundo día

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Y después del primer día, llegó el segundo día en Londres como era de esperar. El domingo nos levantamos temprano y después de desayunar en el hotel empezamos a dar una vuelta por el barrio. Encontramos un autobús turístico en un semáforo, de los que están dando vueltas por Londres todo el día, así que aprovechamos y nos montamos allí mismo, nos paseó por la zona de Baker Street, donde estaba el hotel, viendo un museo de cera, y poco a poco andando por otros barrios, hasta llegar de nuevo al centro, pasando de nuevo por Picadilly Circus y por Trafalgar Square, aunque esta vez completamente desiertos de gente. Pasamos junto al Parlamento de nuevo y cruzamos el río. Finalmente después de unas cuentas vueltas, entramos en lo que es realmente Londres «la city» (antes estábamos en Westminster), pasando junto a la catedral de San Pablo y llegando de nuevo al río, a la zona de los antiguos muelles y al conocidísimo «Tower Bridge«, junto al que está anclado el angituo crucero de la II Guerra Mundial H.M.S. Belfast.
Después de pasar el puente, llegamos a «La Torre de Londres«, una antigua fortaleza de origen medieval que tiene muchísimos edificios anexionados a lo largo del tiempo, empezamos a visitarlo por partes, algunas celdas que tiene que fueron cárceles de personajes famosos (o no) a lo largo del tiempo, donde hubo muchas intrigas palaciegas y muchos salieron con los pies por delante. Curiosas son las casas donde viven los gurdianes de la fortaleza (por lo visto son antiguos soldados británicos que destacaron en sus misiones cuando estaban en activo).
Después entramos en unas antiguas barracas militares donde hoy en día se encuentran guardadas las joyas de la corona británica, una colección formada también a lo largo de los siglos, con joyas de muchos reyes, mucho oro y muchos brillantes que con tanto trabajo han ido recopilando los ingleses.
También vimos la armería, que se encuentra en «La Torre Blanca», otra de las dependencias de la fortaleza donde ahora están guardadas arma que usaron algunos reyes de Inglaterra. Tienen también muchos cañones, algunos ingleses y otros capturados en batallas, es curiosa también una exposición que tienen de armas supuestamente capturadas a los españoles cuando la Armada Invencible que supongo que ayudarían a fomentar la Leyenda Negra española. La Torre de Londres fue también la ceca de Inglaterra durante muchos años y también tienen una pequeña exposición de numismática.
Al salir (por la tienda, como siempre) aproveché para comprarme las monedas de Inglaterra del 2008. ¿Qué mejor recuerdo?, je, je, je
Salimos de la Torre de Londres y fuimos buscando un barco, de la misma empresa que el autobús turítico y que te daba una vuelta por el Támesis: Desde la Torre de Londres hasta el parlamento, viendo los numerosos puentes que lo cruzan y las casas de las orillas.
Llegamos al Parlamento y desde allí intentamos ir a visitar la abadía de Westminster, pero nuestro gozo en un pozo, porque los domingos está reservada para la misa, así que continuamos paseando, y entramos en los jardines del palacio de Buckinham para ir a ver el palacio por fuera.
Después de visitar el palacio, el cansancio empezó a hacernos mella, pero aguantamos y conseguimos llegar al centro andando, a Trafalgar Square, donde buscamos un sitio para comer (encontramos un restaurante italiano con una camarera de Zaragoza), y con unos postres muy ricos.
Volvimos a coger el autobús turístico, y esta vez nos paramos en la catedral de San Pablo para visitarla por dentro.
Luego continuamos con el autobús turístico, aunque la ruta ya terminó en la estación de trenes de London Victoria, desde allí hasta el hotel nos tuvimos que ir por nuestros medios, así que nos fuimos andando hasta Hyde Park, (con alumbrado de gas incluído) donde estuvimos dando un paseo, y aprovechamos para sentarnos un rato y descansar. De vuelta al hotel pasamos por la Speaker’s Corner.
Cogimos un taxi para ir hasta el hotel, y allí decidimos buscar un bar cerca del hotel para tomarnos una cerveza y descansar un poco. Compramos unos bocadillos en un supermercado cercano y a cenar al hotel. Todavía nos quedaban dos días más en Londres.