Todavía me quedaba conar aquí el cuarto y último día que pasamos en Londres, y del que hace ya un par de semanas.
El martes (día de Santa Marta), lo primero que hicidmos después de levantarnos fue bajar a desayunar al comedor del hotel, allí teníamos tostadas y mantequilla, nocilla y mermeladas. Nos hizo mucha gracia el nombre que le daban al paquete de mantequilla «Butter me up».
Después intentamos ir a la tienda de Sherlock Holmes para comprar algún regalo, aunque la tienda estaba todavía cerrada (el hotel estaba cerca de la calle Backer Street, donde vivía Sherlock Holmes).
Nos fuimos al metro, para empezar a movernos por Londres, y nuestro primer destino fue el mercado de Covent Garden, un mercado con el techo de acero, muy bonito, auqnue a las horas a las que fuimos, todavía había poca gente. Desde allí fuimos dando un paseo para ir viendo Londres y callejeando, pasamos cerca del barrio chino de Londres y nos paramos en alguna tienda que otra para comprar algunos recuerdos.
Cuando estábamos cerca de Picadilly Circus, encontramos unos salonres recreativos y decidimos entrar a gastarnos las pocas libras que nos quedaban y que al fin y al cabo no nos iban a servir en España…
Además eran relativamente grande: incluso tenían una pista de coches locos dentro de los salones.
Pasamos por Picadilly Circus y luego continuamos paseando y encontramos algunos edificios curiosos como la Royal Astronomical Society, y también entramos al Fortnum & Mason un supermercado bastante pijo de Londres, y algunas galerías con comercio de lujo: joyas, relojes, zapatos, ropas, al más puro estilo inglés.
Poco a poco nos fuimos acercando al hotel, y como llegaba la hora de la comida, encontramos un bar donde ponían «Fish and Chips«, que aunque es comida rápida, es muy típico de Inglaterra, y estaba rico, aunque no dejaba de ser pescado rebozado con patatas fritas.
Nos fuimos para el hotel, cogimos las maletas e intentamos ir al aeropuerto de Luton, aunque nos encontramos con algún problema que otro porque por lo visto teníamos que coger un autobus desde la estación de London Victoria y nosotros no teníamos ni idea de donde caía eso… Menos mal que estuvimos hablando con el recepcionista del hotel y nos buscó un taxi que por el mismo precio que nos hubiera costado el autobús nos llevó al aeropuerto.
Curioso eso de circular por las autovías inglesas: Todo es al revés, aunque el carril más rápido es el de al lado de la mediana, pero eso de adelantar por la derecha… en fin, todo al revés.
Al final llegamos con mucha antelación al aeropuerto (si hubieramos ido en autobús hubieramos llegado justos de tiempo), y estuvimos dando una vuelta para echar el rato, incluso compramos unos juegos de mesa para viajes para echar el rato y unos libros para terminar de gastar las libras que nos quedaban, en concreto yo me compré el último de Terry Pratchett.
Finalmente, pudimos coger el avión, después de pasar por las larguísimas colas de facturación y de control de acceso a la zona de embarque y a las 11:30 estábamos en Málaga.
Un taxi hasta Fuengirola y luego coche hasta Martos, que al día siguiente había que trabajar.
?Vaya puente bien aprovechado!
20 agosto, 2008
por admin
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