Después de unos meses algo moviditos: Bodas, viajes de trabajo, etc., y después de la boda de Mario, empecé a sentirme un poco mal, unas decimillas de fiebre… La verdad es que no me impidió ir a trabajar, si bien todos los compañeros de trabajo me decían que tenía muy mala cara, que estaba muy blanco, aunque no le daba mayor importancia. Empecé a dejar de comer, a tener la orina marrón,… El martes no fui por la tarde a trabajar, y el miércoles tampoco… Fui a urgencias, donde me hicieron un análisis de sangre y al ver los resultados el domingo, me mandaron directamente para el Hospital de Jaén para que entrase por Urgencias: Los indicadores hepáticcos (transaminasas, linfocitos, la bilirrubina, estaba todo un poco desatado).
El viernes por la tarde en Urgencias me estuvieron haciendo algunos análisis, y después de pasar por el hospital de día, me internaron en la unidad de digestivo para continuar haciéndome pruebas. Los primeros días estaba algo molesto, y la verdad es que no tenía ganas de nada, pero conforme empecé a sentirme mejor, empecé a leer, o a ver algunas películas en el portátil; hasta que al final el viernes, después de haberme hecho algunos análisis llegaron al veredicto: «Mononucleosis«. Una enfermedad vírica, con tratamiento sintomático, por lo que me dieron el atla: lo peor ya había pasado; y ya era cuestión de guardar reposo hasta que me sintiera mejor como para ir retomando la vida normal, volver al trabajo, volviendo a hacer deporte, etc.
La siguiente semana fui un día a una revisión en la mutua del trabajo, que al ver la mononucleosis se mostró muy comprensible, aunque a la semana siguiente me sentía lo suficientemente bien, como para empezar a trabajar, y en menos de dos meses, ya estaba otra vez cogiendo la bicicleta, aunque todavía poco a poco.
Mi mononucleosis
12 octubre, 2013 | Sin comentarios