La semana pasada vi «El Hombre de las Mil Caras«, una película española del pasado 2016 y premiada en los últimos Premios Goya.
Narra la historia de Francisco Paesa (Eduard Fernández), el agente español que colaboró en la huida de Luis Roldan(Carlos Santos) en los años 90; Fernando Paesa, un antiguo agente secreto español, que haciéndose pasar por traficante de armas consiguió engañar a la ETA; aunque le precede una fama de estafador que le hace difícil empezar cualquier negocio; lo que unido a los impagos del gobierno español por sus servicios, lo pone en una situación difícil, que parece que va a cambiar cuando le aparece un cliente como caído del cielo: Luis Roldán, el director de la Guardia Civil, que intenta esconder un dinerillo que cogió de su puesto, junto con un par de casas en el extranjero.
Paesa se mueve como pez en el agua en ese tipo de negocios: saca del país a Roldán y su mujer y comienza un entramado legal para mover el dinero y las propiedades del antiguo director de la Guardia Civil para que no las pudiera reclamar la Juticia Española; al tiempo que escondía a Roldán en París; mientras maquinaba como cerrar la operación: Una falsa entrega en Laos – Tailandia, al tiempo que conseguía robarle el dinero al propio Roldán.
Una entretenida película sobre esos hechos que contemplamos cuando pequeños, en los ya lejanos años 90: los años de los primeros casos de la corrupción en España y que contemplamos cuando adolescentes.