Esta semana aprovechando los huecos muertos de las vacaciones y los viajes, me leí «La Sombra del Ciprés es Alargada«, novela que le valió a un jovencísimo Miguel Delibes el premio Nadal en 1947. Tan solo hay que ver la foto que acompaña la edición, del autor con 27 años.
El protagonista, Pedro es un niño a principios del siglo XX, huérfano y que su teléfono lleva a una academia para que estudie con don Mateo Lesmes en la ciudad de Ávila, donde poco a poco comienza a descubrir la vida, sobre todo a raíz de la llegada de un nuevo compañero de su edad, Alfredo, cuya madre es incapaz de cuidar; sin embargo la temprana muerte de Alfredo marcó para siempre a Pedro; prometiéndose a el mismo no volver a implicarse con nadie para evitar el sufrimiento.
Tras finalizar sus estudios decide hacerse marino mercante, lo que al cruzar los océanos le permite visitar países y aumentar su perspectiva del mundo, con la que se cruza en la I Guerra Mundial y los naufragios de los que es testigo que no hace más que reafirmar sus planteamientos; hasta que conoce a una chica en un yate a la deriva; lo que hace que se replantee su vida.
Una novela muy interesante, con la que se dio a conocer el gran narrador castellano de Delibes.