Aprovechando estos días de descanso y vacaciones me terminé de leer «Paisaje de Otoño», la cuarta entrega del investigador cubano Mario Conde del autor Leonardo Padura.
La novela comienza con una gran conmoción en la comisaría al haber hecho una limpia de policías corruptos de los que han dado de baja a numerosos compañeros de Conde. En solidaridad con su jefe, el Mayor Rangel decide solicitar la baja del cuerpo de policía; sin embargo el nuevo substituto de Rangel le pide un último favor a Conde: resolver el asesinato de un cubano con nacionalidad estadounidense que salió de la isla en 1978, después de haber estado trabajando en bienes decomisados después del triunfo de la Revolución.
Investigando y moviéndose en los círculos de los funcionarios que colaboraron con la víctima comprueba la corrupción que hubo en su momento en lo que respecta al reparto de los bienes incautados y su reparto irregular, tanto de casas como de objetos de colección.
De repente Conde se encuentra moviéndose en un mundo de elegantes casas, lámparas de Tiffany, escritorios del siglo XVIII y cuadros de Matisse, todos escamoteados de una forma u otra, y todos sus dueños con algún motivo para acabar con el finado.
Y mientras tanto el tiempo pasa, para su jubilación como policía y antes de la llegada del ciclón Félix.
Una novela muy interesante y amena, escrita 10 años después de los acontecimientos, antes de la llegada del «Periodo Especial».