No siempre se tiene suerte a la hora de elegir película; esta puede ser una muestra de ello. Estrenada este año con mucho bombo de publicidad en marzo.
Protagonizada por Dani Rovira en el papel de León, un taxista madrileño furioso ante las dificultades que le plantea la vid: uber, subida del alquiler,…
Por otro lado el argentino Joaquín Furriel en el papel de Diego, un argentino ex-convicto al quien en la cárcel conoció a un gibraltareño que le contó un secreto. Una vez en la calle, Diego está sin sitio adonde ir ni dinero en el bolsillo; tan solo se le ocurre parar un taxi en la calle para que lo lleve a Gibraltar para intentar buscar el secreto que el gibraltareño le contó.
Por el camino, ya en la provincia de Cádiz, recogen a Sandra (Ingrid Garcia-Jonsson) una chica a punto de casarse en su pueblo aunque no muy convencida por lo que decide escapar en el taxi.
Y así los tres se meten en Gibraltar…
Una comedia anunciada a bombo y platillo, aunque la verdad es que defrauda un poco, ni las risas son tales, ni la trama tiene mucho sentido. Así que si hay otra alternativas, no hay mucho que pensar.