El otro día aproveché un hueco para ver la película «Ciudad Dorada» (Fat City en el original en inglés), una de las últimas películas de John Huston; de 1972.
Basada en la novela homónima de 1969, cuenta la historia y andanzas del protagonista, Billy Tully (protagonizada por Stacy Keach), un boxeador tempranamente fracasado; conoce al joven Ernie Munger (protagonizado por Jeff Bridges – conocido por Tron o el Gran Lebowski); un joven que aún no tiene su trabajo y que siguiendo consejo de Billy comienza a abrirse un camino en el boxeo.
Moviéndose en estos círculos somos testigos de la dura vida de Billy, teniendo que trabajar en el campo recogiendo cebollas para poder ganarse el pan, y su afición desmedida por el alcohol, donde entabla amistad con Oma (Susan Tyrrell), una alcohólica sin oficio ni beneficio.
Una interesante película neo-noir, con drama, triste e interesante.

Este fin de semana aproveché un ratillo para ver «Dublineses«, la última película de John Huston, y su testamento cinematográfico. Basado en un relato de James Joyce.
Es una película corta, rodada en su interior: Tres generaciones de una misma familia de mujeres irlandesas dan un banquete para agasajar a sus aficionados, entre los que vienen gente de clase alta de Dublín y los alrededores, donde se habla, se baila, se canta y se come, en definitiva una cena con invitados.
Uno de los invitados, Gabriel, sobrino de la anfitriona medita sobre el amor, la vida, las relaciones, la muerte y otros tantos temas.
Una interesante e intimista película, rodada por Huston cuando le quedaban unos pocos meses de vida.

El otro día aproveché un ratillo para ver «El Honor de los Prizzi«, la penúltima película de John Huston, del año 1985.
Esta vez John Huston se anima con el cine de mafiosos, protagonizada por Jack Nicholson (Charley Partanna), que es un niño que al nacer pierde a su madre, por lo que es adoptado por el padrino de la familia Prizzi que lo considera como su propio hijo.
En una celebración familiar, Charley conoce a una atractiva rubia, Irene Walker (Kathleen Turner), de la que se enamora y aprovechando su situación de poder, investiga hasta dar con las señas de la chica en San Francisco, en la otra punta del país (Nueva York), pero no se lo piensa dos veces: viaja hasta San Francisco y empieza a cortejarla.
Todo empieza a complicarse cuando el placer empieza a mezclarse con el trabajo: Charley recibe el encargo de recuperar un dinero que le han estafado a la mafia, y descubre que Irene es la mujer del estafador, lo cual no le impide que cumpla con su misión, y termine por casarse con Irene: Una mujer que no pertenece a la familia, y además dedicada al «negocio»: Una peligorsa asesina a sueldo, lo cual obligará a Charley a plantearse sus prioridades cuando sus dos familias entran en conflicto.
Una interesante película de John Huston, con una actuación excelente de los actores, el manejo de los secundarios, con el Padrino I y II tan cerca en el tiempo. Como siempre, John Huston no defrauda.

Ayer aproveché un ratillo para ver esta película de John Huston, del año 1970, protagonizada por Patrick O’Neal (Charles Rone), es un oficial de la marina estadounidense que un buen día es apartado del servicio activo de una fora misteriosa: Acababa de ser captado por una agencia del gobierno para trabajar como espía.
Allí entra en contacto con la Asociación Dillinger, que comienza por encomendarle la misión de reunir a su equipo, con extraños nombres, como «el libertino», o «al brujo», capitaneados por Ward (Richard Boone – el Pervertido).
Su misión es infiltrarse en Rusia, en plena guerra fría para conseguir recuperar una guerra que puede poner en peligro las relaciones entre Estados Unidos y China.
Así consigue todo el equipo establecerse en Moscú e intentar investigar en el sub-mundo soviético: Burdeles, clubes con música occidental, traficantes de drogas, todo para poder conseguir la famosa «Carta del Kremlin», con un peligroso juego de espías donde los viejos conocidos siempre parecen reaparecer.
Una interesante película de John Huston; al principio de la película es difícil seguir el guión por la gran cantidad de personajes que aparecen; tanto por la parte de los americanos como por parte de los rusos, unos espías con unos perfiles y unos comportamientos de auténticos asesinos fríos, con nervios de acero, imperturbables ante la adversidad; aunque por supuesto, hay muchos mejores análisis por internet.
En definitiva una película muy interesante de Huston, de espías, acciones, juegos secretos, que te engancha al asiento sin poder moverte. Casi 40 años han pasado por la película, y aunque el telón de acero hace casi 20 años que cayó, sigue enganchando como si fuesen sucesos que pudiesen ocurrir hoy en día con diferentes escenarios.

El pasado fin de semana aproveché un ratillo para ver «El Hombre de Mackintosh«, una película de suspense de 1973, dirigida por John Huston (El Tesoro de Sierra Madre) y protagonizada por Paul Newman.
Sir George Wheeler MP (James Mason) es un político de la cámara de los comunes que arremete continuamente contra el gobierno, y que demostrará tener un importante papel en la trama.
Joseph Rearden (Paul Newman) recibe el encargo de robar unos diamantes, y desgraciadamente es apresado por la policía algún tiempo después mediante un chivatazo, por lo que es condenado a 14 años de cárcel. Allí en chirona intenta no meterse en problemas, pero sí indagar si existe alguna posibilidad de poder escapar. Así es como entra en contacto con una asociación que tiene la misión de liberar Slade y se ocuparán de él también, previo pago de 20.000 libras, aunque parece que no todo sale bien durante el escape, desvelando el verdadero propósito de Rearden.
En algunos momentos me recordó un poco a «Diamantes para la Eternidad«, bien porque son de la misma época, así como por los villanos, ropas, temática, etc.
Increíble trama la que nos muestra Huston, con unos diálogos que permiten ocultar el verdadero propósito de la trama hasta mediada la película, persecuciones, mujeres fatales, delincuentes, espías, persecuciones,…
Todo muy bien contado y rodado, manteniendo el suspense hasta el final de la película.