El otro día terminé de leerme este libro de Katherine Neville, fue un best-seller hace algunos años (1988).
La novela cuenta dos historias paralelas centrada en un tema único: El ajedrez de Montglane, un ajedrez legendario, que regalaron los musulmanes (pese a que lucho contra ellos en la Península Ibérica). Era un ajedrez de gran poder y que portaba grandes secretos, muy peligrosos, hechos que le obligaron a guardar el ajedrez en un convento de monjas para que no volvieran a salir a la luz.
Con la llegada de la Revolución Francesa (1789) y la incautación de los bienes eclesiásticos, muchos dirigentes de la nueva República quieren hacerse con el ajedrez de Montlangle para controlar su poder.
La abadesa enterada del problema, decide mandar a sus monjas a lo largo y ancho del país con las piezas del ajedrez para alejarlo y reducir la posibilidad de que el poder de este ajedrez pueda caer en manos indebidas.
Aquí aparece el papel de Mireille, una novicia que llega a París, a casa de su tío, David, un artista que introduce a la joven chica en los círculos de la Revolución, poco a poco Mireille va conociendo las entrañas del juego: Todo gira en torno a una partida de ajedrez para conseguir el propio juego, con sus dos equipos: uno blanco y otro negro, y todos con el mismo objetivo.
La segunda historia que cuenta la novela es la de Catherine Velis, una ingeniera informático, que en los años 70 es enviada por su empresa a Argelia, para trabajar para la OPEP. Allí recibe el encargo de unos conocidos suyos de buscar a un anticuario para conseguir unas antiguas piezas de colección, y así es como poco a poco también va entrando en el juego.
Bueno, personalmente, la novela me ha gustado, es una novela que te engancha, las historias están bien contadas, en ningún momento se me hace pesado y siempre cambia de capítulos y de historia en momentos cúlmenes, donde te deja siempre con la duda de qué podrá pasar.
Y como siempre hay un pero, el trasfondo del secreto del ajedrez de Montlangle, después de leer casi toda la novela se reduzca a un tema tan trillado y tan predecible… la piedra filosofal, deja un poco que desear. Por otro lado, tampoco me parece de recibo mezclar esta historia de juegos, traiciones, y sobre todo supersticiones con personajes históricos reales de la época de la Revolución Francesa.
En definitiva, es una novela amena, que te engancha, con algunos fallillos en el trasfondo de la historia, pero que entretiene, que es el objetivo.