El sábado pasado, el día 30 de enero, subí con Pedro Cano y un compañero suyo del trabajo al Almadén, vaya ocurrencia.
El Almadén es uno de los mayores picos de la provincia de Jaén, con una cima de unos 2000 metros, y que además con las últimas lluvias se encontraba completamente nevado.
A las 8 salimos de Martos, camino a Pegalajar, en coche, por supuesto. Allí esperamos a que llegara el compañero de Pedro, y luego, manos a la obra: A montarse encima de la bicicleta y empezar a coger carriles buscando el Almadén.
Fuimos carrileando por una zona, de subida constante entre olivares, al principio bastante sencillo, aunque de vez en cuando aparecían rampas del 15 – 17 % que empezaron a desgastar un poco.
Llegamos a la zona en la que engancha el carril de Pegalajar con la pista que parte desde Mancha Real.
La pista está en muy buen estado, de hecho se puede subir en coche hasta arriba (cuando las barreras lo permiten), con curvas amplias, rampas suaves (5 – 7 %), en cuanto sobrepasamos los 1000 metros empezó a verse algo de nieve. Seguimos subiendo y a partir de los 1200 – 1400 metros empezamos a ver bastante nieve en la pista, y sobre todo mucho hielo: Se derrite de día y de noche se congela por el frío, y la verdad es que era algo peligroso circular encima: Era imosible circular con tanto hielo, así que para mayor seguridad, a bajarse de la bicicleta.
Cuando pasamos la zona del hielo, el carril estaba bastante más circulable con la nieve pisada, aunque en algunos sitios donde nos encontrábamos con nieve sin pisar la bicicleta se clavaba bastante y era difícil controlar la bicicleta.
A 2 kilómetros de la cima paramos un poco para tomar algo porque el cansancio empezaba a hacer mella. Menos mal que Pedro me dio un poco de su comida, porque yo tuve la brillante idea de llevarme sólo un batido de chocolate…
Continuamos la subida, poco a poco, ya quedaba poco para coronar y llegar a las antenas y no era momento de flaquear.
Llegué y estaba sin aliento, dejamos las bicicletas y nos dimos una vueltecilla, echándonos alguna fotografía por allí.
Después de descansar (o intentar descansar por lo menos), a darse la vuelta para bajar, poco a poco y con mucho cuidado por el frío (cualquiera frenaba con los dedos congelados), y la nieve, muy traicionera cuando se clavaba alguna rueda o cuando pillábamos hielo.
Pasamos la zona de nieve, y continuamos por la pista de Mancha Real, no íbamos a volver por dónde habíamos venido. Seguimos hacia delante hasta llegar a la parte asfaltada de la pista, para desviarnos luego a la izquierda por un estrecho y difícil sendero que discurría entre pinos y que salía a una pista que desembocaba directamente en Pegalajar. Menos mal que ya no había que subir más porque estaba sin fuerza ninguna.
Llegamos a Pegalar y tras guardar las bicicletas, nos fuimos al bar más cercano: Eran más de las 4 y llevábamos 5 horas encima de la bicicleta: Unas cervezas (yo no tenía que conducir), un bocadillo, unas raciones, y otra vez nuevo; y vuelta a Martos.
Al final 48 km. (No son muchos), en 5 horas, con una ascensión total acumulada de 1722 metros y 3825 kilocalorías gastadas. ?Ahí es nada!
Subida al Almadén nevado
8 febrero, 2010 | 3 comentarios
13 febrero, 2010 a las 17:28
Leyendo estos recorridos que cuentas, solo puedo decir una cosa, os admiro, hay que ser un buen deportista y tener mucha voluntad para estas aventuras. Felicidades y los relatos son magníficos, muy bien expresados, transmitiendo los momentos con detalle exacto para el lector se meta de lleno en la aventura.
Saludos.
28 julio, 2010 a las 22:34
Hola! ante todo mis felicitaciones. He encontrado su blog por casualidad y la verdad, parece increible! Yo llevo queriendolo hacer, a pie o en bicicleta, desde hace varios años…, enhorabuena!
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