Este último fin de semana aproveché para ver «Promesas del Este«, la penúltima película del director David Cronenberg del 2007.
Se desarrolla en Londres, donde una matrona Anna (Naomi Watts) salva a un bebé de una chica que ingresó por urgencias con hemorragias.
Anna encuentra el diario de la chica, escrito en rusoo y empieza a investigar para averiguar quién es la familia de la desdichada chica. Aunque su tío es ruso, dado el contenido del diario se niega a involucrar a Anna, por lo que ella decide buscar otro camino, yendo de lleno a parar a los mafiosos que trajeron a la chica en una mafia de trata de blancas.
Ahí comienza a verse las actividades de la mafia: negocios abiertos al público para gente normal y los trasfondos: asesinatos, trata de blancas, tráfico de alcohol, drogas, rusos, chechenos, armenios, todos se entremezclan en un Londres polifacético y cosmopolita.
Anna encuentra a Nikolai (Viggo Mortensen), el chófer de Kirill (Vincent Cassel), donde parece tener a un aliado y un siniestro mafioso a la vez.
Interesante película, con un guión bien entrelazado, con una historia muy bien ambientada y mejor contada y que te engancha desde el primer momento.