Esta semana estuve leyéndome «El Viejo y el Mar«, la última novela publicada por Ernest Hemingway en 1952, que le llevó a conseguir el Premio Pulitzer, y más tarde el Nóbel de literatura por toda su carrera.
Es una novela corta que se puede leer casi en una tarde, y cuenta la historia de Santiago, un anciano pescador, ya algo decrépito, al que sólo le quedan sus recuerdos y la devoción de Manolín, un adolescente que aprendió a pescar con él desde los 5 años y al que sus padres le han recomendado que vaya a pescar con barcos con mejor suerte que el del pobre Santiago.
Después de llevar 84 días sin pescar decide volver a probar suerte yendo a nuevas zonas, donde efectivamente su suerte cambia, pesca la pieza más grande que jamás ha visto, y para la que no está preparado, aunque con constancia, sacrificio y esfuerzo consigue izar el pez e intentar volver a puerto.
Todo un relato sobre realización personal, superación y lucha contra la naturaleza que no siempre pone las cosas fáciles.