Hace algún tiempo aproveché un hueco para ver «Trainspotting», una película de 1996, hace ya 21 años, dirigida por Danny Boyle (Slumdog Millionaire ó 28 Días Después), protagonizada por un jovencísimo Ewan McGregor (Mark Renton) que contaba con 25 años y otros actores ingleses como Ewen Bremner (Spud), Jonny Lee Miller (Sick Boy) o Robert Carlyle (The Full Monty – Francis Begbie)
Narra la historia de un grupo de heroinómanos residentes en Edimbugo (Escocia) orientados a la autodestrucción; todo gira en torno a la heroína, viviendo en casas abandonadas y sórdidas, delinquiendo para poder mantener su adicción, sin otra preocupación que cómo conseguir droga; al margen por completo de la sociedad y sus obligaciones, como la de criar el bebé, hijo de una de los constituyentes de la pandilla.
En varias ocasiones Renton intenta dejar la heroína con no muy buenos resultados: desde una diarrea bestial que hace que vuelva a recaer en el consumo, robos que le llevan a juicios del que se libra por participar en un programa para desengancharse, junto con sucesivas visitas al hospital y el síndrome de abstinencia.
Si bien Renton intenta dejar su pasado atrás mudándose a Londres para trabajar como agente inmobiliario, sus amigos siguen rondándole para solventar diferentes problemas.
Muertes de amigos de la pandilla por sobredosis o enfermedades asociadas a las drogas comienzan a ser frecuentes y negocios de más intensidad comienzan a llegar, todo relacionado con las drogas y el dinero para conseguir éstas.
Una película de culto, que retrata toda una época y un mundo: las drogas de mediados de los años 90; cuando el sida era aún un desagradable compañero de toda esta gente, con una banda sonora que hizo época. Una película dura y en muchos momentos desagradable.
Trainspotting
11 febrero, 2017 | Sin comentarios