Esta semana terminé de leerme «Fuentes del Paraíso«, una novela de Arthur C. Clarke, escrita en el año 1979, en la época en la que ya vivía en Sri Lanka.
Mezclando tradiciones e historias de Sri Lanka con ciencia ficción, un déspota monarca de la Edad Antigua, Kalidasa y un santuario budista, en Taprobane, justo en la cima de una montaña y en el Ecuador.
El ingeniero Vannevar Morgan, figura inspirada en el súper ingeniero del siglo XIX Isambard Kingdom Brunel, Morgan, autor del Puente de Gibraltar, consigue convencer al gobierno de Marte que si es capaz de hacer funcionar un demostrador tecnológico, financiar la obra de un ascensor espacial: un ascensor que usando energía eléctrica pueda subir carga hasta la órbita geosíncrona a 36000 km. de altura, evitando así el uso de cohetes y abaratando el coste de acceso al espacio.
Un proyecto no falto de problemas que también coincide con la llegada del primer navío extraterrestre al Sistema Solar, con el que permiten comunicarse mediante radio y conocer el planeta de origen de esta especie.
Una novela interesante, al principio me pareció algo más floja que otras obras de Clark; aunque hacía la mitad entra en faena en el tema que mejor controla, la ciencia ficción dura.
Fuentes del Paraíso
16 junio, 2018 | Sin comentarios