En principio el Jueves Santo nos íbamos a ir todo el día a un cortijo a pasar el día, y la noche, así que el miércoles compramos bastantes provisiones para no pasar fatiguitas, pero a mi se me había olvidado que el Jueves venía Repiso a hacer una visita, así que tuve que cambiar los planes y al final sólo pude ir a cenar y a pasar la noche.
Me fui con Iván, después de cerrar el negocio, llegamos allí justo cuando estaban empezando a prepara la cena, y eso que nos dijeron que se habían metido una panzá de comer que no tenían ni ganas…
Después de unos aperitivillos, nos fuimos directamente a la cena recia, comida anticolesterol: barbacoa de chorizos, chuletas, pinchitos, morcillas, ?lo mejor para el colesterol!
Y luego para bajar la cena, unos disgestivos, amenizados por Pedro y su guitarra.
Cuando estuvimos ya lo suficientemente cansados nos fuimos a dormir, cada uno donde pudo, o donde quiso.
Y a la mañana siguiente, desayunamos (menos mal que se me ocurrió comprar leche y algún dulce) y nos volvimos para Martos, que todavía quedaba Semana Santa por disfrutar.
Jueves Santo en un cortijo
22 marzo, 2008 | Sin comentarios