El domingo quedé con Virginia y otra amiga brasileña para hacer una excursión. Al final elegimos el Palacio de Pillnitz, que está muy cerca de Dresde y que sólo conocía de haber pasado por la puerta con la bicicleta.
Salimos de Dresde, y aunque se puede ir en tranvía, fuimos en tren hasta Pirna, y desde allí cogimos un autobús que nos llevó hasta la misma puerta del palacio, pero sorpresa, sorpresa, había una fiesta «Elbhangfest», por la que nos hicieron pagar una entrada. Dentro había lo típico en este tipo de ferias (y que también hay en España): Puestos de venta de «artesanía«, puestos de comida y de bebida y algunas atracciones para los niños, como este tren a vapor que funcionaba con gas.
Estuvimos dando una vuelta por el palacio, viendo los patios, fuentes y edificios que lo componen: Es un palacio del siglo XVIII de los tiempos de Augusto el Fuerte, que fue Rey de Sajonia y de Polonia. Además es curioso ver el embarcadero que llega hasta la misma puerta del palacio.
Después de recorrerlo, nos sentamos para comer un poco y descansar: Después continuamos dando una vuelta por los alrededores del palacio, donde hay una especie de jardín botánico: árboles exóticos como camelias, un invernadero, y varios edificios en medio del parque, estanques con peces y patos; vamos que estos reyes no vivían nada mal.
Y después, vuelta para Dresde, ya comidos, que había que hacer cosas por la tarde. La vuelta fue un poco más complicada porque por motivos de la fiesta habían cancelado la línea de autobús que lleva hasta Dresde así que tuvimos que ir hasta el río donde cogimos un barco de la empresa municipal de transportes que nos acercó hasta un sitio en el que pudimos coger un tranvía que esta vez sí nos dejó en casa.
1 julio, 2010
por admin
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