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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

15 julio, 2010
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Dos Hombres y un Destino

Dos Hombres y un Destino
Ayer estuve viendo esta película del año 1969, dirigida por George Roy Hill y protagonizada por Paul Newman y Robert Redford, trío que repetiría tres años después en «El Golpe«.
Esta vez la película cuenta la historia (real) de dos ladrones de bancos, Butch Cassidy (Paul Newman) y Sundance Kid (Robert Redford). Butch es el jefe de la banda, una de las características que tiene es que no le gusta la violencia, así que todos sus atracos suelen ser muy limpios. Por otro lado Sundance es un tipo de acción, reservado y callado, es muy rápido y certero con el revólver. Su fama le precede y basta con escuchar su nombre para que nadie se quiera enfrentar a él. Así, de golpe en golpe van viviendo en el medio oeste americano, en 1898, cuando está la guerra entre EE.UU. y España. Ya no es la época del salvajo oeste, poco a poco se va civilizando; y el hecho de que a los empresarios no les guste que sean robados, hacen que en uno de sus atracos se vean perseguidos por alguien contratado por la Western. Estos perseguidores son realmente buenos, cuentan con un indio que se adelanta a todas las trampas que Butch y Sundance les tienden. Por mucho que intentan escaparse, no pueden conseguirlo; tanto que salvan su vida por pura suerte. En sus huída, en la reunión con un amigo, les dice que ya es demasiado tarde para redimirse, que están condenados y lo único que les queda por hacer es elegir el sitio donde quieren morir. Su destino se acerca; aunque decide darle otra oportunidad: Deciden irse a Bolivia, junto con la novia de Butch y allí empezar una nueva vida; aunque es difícil olvidar las viejas costumbres y las viejas formas de vida y al final su destino les espera.
La película ganó 4 premios Oscar (Guión original, mejor canción original, mejor banda sonora original y mejor fotografía) y decir que tiene muchas escenas míticas e interesantes: El juego de Butch con la novia de Sudance, los diálogos, (No en vano está en la lista de las 100 mejores películas de la historia). La banda sonora tiene una canción muy conocida (de Burt Bacharach), aunque otra canción, más típica de los Western, delata un poco lo sesentera de la melodía. Eso unido con el maquillaje de la actriz, es lo único que sitúa la película en los años 60. Salvo eso, una gran película.

15 julio, 2010
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Domingo en Zúrich

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Con el domingo se terminaba el fin de semana, y mi visita a Zúrich. Como el sábado ya habíamos visitado el centro, el domingo Rubén me llevó por los cerros de Zúrich, a disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad, que ofrece la compleja orografía del terro en el que se encuentra (Aunque a cambio de eso, por ejemplo, producen la mayor parte de la electricidad que consumen mediante centrales hidroeléctricas…)
Después de desayunar y salir de casa, cogimos un autobús urbano que nos llevó a la zona de Waid, desde la que se disfruta de una bonita vista de Zúrich; aunque el día estaba un poco nublado y no acompañaba mucho para hacer fotografías.
Después de dar una vuelta por allí, nos volvimos a bajar para el centro, buscando la estación de trenes; a cuya puerta empieza una concurrida calle comercial (Creo que por aquí se rodó alguna película de las de Bourne).
Cogimos un tren, que nos llevó, subiendo una pequeña montaña hasta la zona de «Uetliberg«, otra de las montañas que rodean Zúrich, esta vez por el oeste. Fuimos dando un pequeño paseo por un bosque hasta que llegamos a un restaurante y una torre mirador que hay.
Aproveché para subir a la plataforma triangular para obtener otra fotografía panorámica; esta vez de 360°, y luego al bajar, como ya era hora aprovechamos para comer. Estábamos en la terraza, casi terminados, cuando tuvimos la mala suerte de que empezó a llover, con todo el revuelo que se montó. Aunque teníamos un paraguas y no nos estábamos mojando, mucha gente se levantó para ir dentro, los camareros iban y venían sin parar; al final nosotros también nos tuvimos que mudar. Un pequeño follón.
Cuando ya terminamos, nos volvimos, desandando el camino para llegar a la estación de trenes y volver a Zúrich, y como la hora de salir se acercaba, nos pasamos por casa de Rubén recogí mi equipaje, y me fui para no llegar tarde y poder volverme a Dresde.