Después de estar en León y visitar las cuevas de Valporquero decidimos alargarnos hasta Astorga, una bonita y pequeña ciudad leonesa, importante por su lugar en el Camino De Santiago.
Dejamos el coche en un parque, justo debajo del Palacio Episcopal, conocido sobre todo por ser obra de Gaudí.
Dimos una vuelta por la zona y no lejos teníamos la Catedral, de la que pudimos contemplar su preciosa fachada.
Escuchamos que es típico en Astorga disfrutar de un buen «cocido maragato«, así que buscamos un restaurante y reservamos, mientras seguíamos paseando por la ciudad.
Tras comer los abundantes platos del cocido, que desde luego no pueden dejarte indiferente, nos fuimos hacia el centro, pasando cerca del Ayuntamiento, donde paramos para comprar unos pequeños pendientes «charros» de plata para Sandra.
No lejos llegamos al museo de la ciudad donde hay gran cantidad de piezas romanas e incluso el propio museo se encuentra dentro de una bóveda de medio cañón Romana. 2000 años después sigue en pie y cumpliendo con sus funciones.
En las plantas superiores, ya de nueva construcción, tenían expuestas más piezas e infografías de la ciudad Romana, con el emplazamiento del foro y el papel de la bóveda como almacén o cárcel.
Tras visitar el museo salimos a la calle para tomarnos un chocolate calentito justo frente a las ruinas de una villa romana.
Y así, aún con la barriga llena, deshicimos el camino buscando el coche para continuar nuestro viaje. Siguiente parada: Valladolid.