El sábado 16 por la noche salimos de Torredonjimeno para Cantabria en autobús. En principio todo hacía pensar que iba a ser un viaje muy largo, sin embargo al poco de salir de Torredonjimeno yo me quedé durmiendo y hasta Cantabria no volví a despertarme, exceptuando una parada para cambiar el conductor y una película de Disney que pusieron para entretener a los niños (Sólo me acuerdo que iba de peces y de tiburones…)
Cuando llegamos a Cantabria, se notaba sobre todo en los paisajes: Muchas montañas (eso no es mcha novedad), pero sí todo verde, muchas nubes, muchos viaductos para la autovía, y la temperatura también bastante baja, comparada con Martos.
Llegamos al hotel, situdo en Revilla de Camargo, pero todavía no podíamos ocupar las habitaciones porque era temprano, así que nos fuimos a Santander para hacer tiempo. Allí nos dejó el autobús directamente en la playa del Sardinero. Allí estuvimos un rato, los más valientes se bañaron, y los que no habíamos llevado ropa estuvimos dando una vuelta por la playa (con zapatos de calle incluídos).
Después de visitar la playa estuvimos dando una vuelta para ir tomando un aperativillo que ya iba siendo hora, y encontramos un bar donde nos pusieron unas cervezas variadas, aunque sin tapa, por supuesto, así que nos pedimos medios bocadillos de jamón para ir pasando la cerveza. Que a lo tonto, a lo tonto, estabamos sin comer desde la noche anterior.
Cogimos el autobús junto al campo de fútbol del Racing y nos volvimos para Camargo.
En cuanto llegamos al hotel subimos las maletas a las habitaciones y nos bajamos a comer. Después de la comida estábamos cansados, así que a echarse una siestecica, costumbre que no hay que perder, especialmente estando de vacaciones.
Por la tarde no había muchos planes para hacer, así que después de la sieta estuvimos dando una vuelta por Camargo, el pueblo donde estaba el hotel, es realmente curioso: muy grande, con muchas casas bajitas con algunas rías, todo verde, y en general, muy diferente a Andalucía.
Y después del paseo, de nuevo al hotel, a cenar, y a acostarse tempranico que después de tanto viaje, el lunes nos esperaba la primera etapa.
Por cierto, que ya están colgadas un par de galerías con las fotos: de Jose Hornos y de María.