Ayer, después de ir a misa, estuve dando una vuelta con los compañeros de trabajo, y con unas amigas de una de ellas que, casualidades de la vida, están de interrail por Alemania.
Así que fuimos al Englische Garten, un pedazo de parque que tienen en Múnich… empieza en el centro de la ciudad y prácticamente no termina, y me explico, enlaza con los bosques de alrededor de Múnich y llega hasta que se corta por alguna autovía o ferrocarril.
Cuando hace un día bueno, el Englische Garten se convierte en la playa particular de los alemanes, aprovechando que hay un rio, se bañan, e incluso algunos intentan hacer surf en una zona donde el agua del río lleva mucha fuerza.
Después de dar una vuelta por el parque y ver todas esas cosas, y alguna más, nos fuimos a cenar por el centro, y como había que enseñarle a las interraileras algo típico, pues fuimos al Hofbrí?uhaus, aunque por supuesto, no era la primera vez que iba yo. Allí nos pedimos alguna cervecita que otra, algún bretzel que otro y algunos platos para cenar, a base de leberkí?se y salchichas, probando la rica y diversa gastronomía alemana.
Revisitando muchas zonas de Múnich, bastante entretenido.