31 agosto, 2007
por admin
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Una de las cosas más curiosas de por aquí, es que todo está llenos de «Schloss» o palacios, cuanto menos te lo esperas, te encuentras uno. El otro día ví que la una línea de autobús cerca de donde vivo termina en una parada llamada «Schloss Blutenburg», así que el sábado, aprovechando que hacía buen tiempo y no tenía nada que hacer, cogí mi cámara de fotos, el autobús y para el Schloss Blutenburg, en apenas 30 minutos estaba por la zona. El autobús me dejó en un descampado (esto me da que pensar: Lo que en España se denomina un descampado, aquí se le suele llamar pradera, porque esta completamente verde y la gente no tira basuras ni escombros); y ni rastro del palacio, así que después de dar un par de vueltas y preguntarle a un par de personas que pasaban por allí, conseguí llegar al Palacio.
Es un palacio pequeño, construido orignariamente como pabellón de caza, y que ahora alberga una biblioteca. Está rodeado por un lago con gran cantidades de animalicos y mucha gente aprovecha para ir, pasear, jugar y echar un rato.
Dentro del palacio hay una pequeña capilla, y precisamente este sábado estaban celebrando un bautizo, que también es casualidad.
En los alrededores hay también una cruz, que regaló Galicia a Baviera, desde luego bastante curioso.
Y después de dar una vueltecilla, de nuevo al urbano, de vuelta a casa.