Así luce Martos estos días de cuarentena y confinamiento. Cuando cualquier otro día la Calle San Amador, llena de comercio se encuentra en plena ebullición de gente; con las tiendas abiertas y la gente haciendo sus gestiones; ahora solo sobrevive la farmacia.
Las calles están siendo desinfectada usando para ellos tractores que con los nebulizadores echan agua con lejía para matar al bicho.
La UME patrulla las calles en refuerzo a la Guardia Civil y a la policía local.
Una aparente tranquilidad cuando las tareas cotidianas han desaparecido. Esperemos que pronto pase todo esto y podamos volver a nuestras tareas.