Saliendo con la bici en dirección a Fuensanta me encontré con este flamante Buick de 1927 aparcado frente a un taller en Martos.
Había escuchado mucho hablar de este coche; que pertenece a un vecino de Albendín y lo usan y alquilan para bodas y actos similares.
Toda una proeza de la técnica de su época; un coche lujoso y caro; y aún más complicado que haya conseguido sobrevivir hasta nuestros días. Un coche que en su época costaba la nada desdeñable cantidad entre 10000 y 20000 pesetas de la época; dependiendo del motor que montara (4 ó 6 cilindros) y de la carrocería.
Un jornal de la época estaba rondando las 3,5 pesetas diarias y un salario de un trabajador de banca en Madrid rondaba las 100 ó 200 pesetas.
Es decir; más de 100 mensualidades para poder ahorrar el dinero que costaba en la época. Más o menos, el equivalente a un Mercedes clase S de ahora.
Amablemente el propietario me enseñó el coche en detalle y respondió a mis preguntas: el coche no tiene batería y arranca por palanca; hay que echarle un suplemento con plomo al combustible; y al no tener matrícula histórica sino convencional debe pasar la ITV; aunque con la normativa que aplicaba en 1927; con especial cuidado a las ruedas de palo; muy frágil; y que si se rompieran; tendría que ir a un carpintero más que a un taller mecánico; u el consumo en carretera abierta; pese a no pasar de 60 km/h es realmente alto.
Todo un objeto de coleccionismo para cualquier aficionado la mecánica.