La última etapa ciclista que hicimos durante nuestra semana en Jaca fue la de Portalet. El Portalet, un puerto muy conocido porque también por ahí pasa la Quebrantahuesos. Es también otra carretera que conecta España con Francia.
Para quitarnos un poco de tráfico cogimos el autobús y nos alargó por la ruta hasta Sabiñánigo. Allí sacamos las bicicletas de la furgoneta y una vez motadas, a hacer kilómetros. La carretera que cogimos fue la N-260 (A-136), que pasa por Sabiñánigo, Biescas, el pantano de Búbal, Panticosa, el pantano de Lanuza, y finalmente por la estación de esquí de Formigal.
El puerto podría clasificarse en tres tramos: El primero, con un paisaje con muchos pinos (y cuestas), luego por la zona de los pantanos, la cuesta suaviza y los embalses cambian un poco el paisaje. El último tramo, desde Formigal hasta que se corona el puerto se caracteriza por una menor vegetación, valles verdes, con ganado, donde en invierno, con la nieve, está la estación de esquí.
Y poco a poco, conseguimos coronar el puerto, y llegamos a la frontera francesa, segunda vez en tres días que llegaba a Francia, y en bicicleta.
Y luego vuelta hasta Jaca, bajando el puerto y cogiendo la carretera que antes habíamos cogido con el autobús. La carretera desde Sabiñánigo hasta Jaca es bastante llana (afortunadamente, porque los kilómetros empezaban ya a pesar).
Al final salieron 97 km., en 4 horas y con una altitud acumulada de ascensión de 1260 metros, gastando en total 2900 kilocalorías.
Al llegar, todos contentos: habíamos terminado las etapas ciclistas; nos tomamos unas cervecillas para luego ducharnos y bajar a comer.
Por la tarde una siestecilla y salimos a cenar, para luego tomarnos una copilla y despedirnos así de Jaca. Al día siguiente volveríamos para el sur.