El sábado estuve viendo «Rain Man«, una película americana de 1988 protagonizada por Tom Cruise y Dustin Hoffman, dirigida por Barry Levinson y ganadora de los Oscar a la mejor película, al mejor director, al mejor actor (Dustin Hoffman) y al mejor guión original.
Charles (Tom Cruise), es un joven de treinta y pocos años que se dedica al negocio de la importación de coches deportivos europeos en Estados Unidos, aunque los negocios no terminan de irle muy bien después de al entrada en vigor de las nuevas leyes anticontaminación.
Un buen día recibe la noticia de la muerte de su padre, con el que no mantenía ninguna relación desde hace bastante tiempo, por lo que emprende un viaje a Cincinnati para la lectura del testamento, cuando descubre que la fabulosa fortuna de 3 millones de dólares no van para él, su único hijo, y tan sólo hereda un viejo coche que fue lo que motivó la separación entre padre e hijo.
Investigando hacia donde va a parar la herencia va a una residencia mental, onde por casualidad averigua que tiene un hermano autista (Dustin Hoffman) al que va dirigida la herencia.
Decidido a no renunciar a la herencia de su padre coge a su hermano y emprende un viaje con él hasta San Francisco, donde poco a poco, empieza a entender a su hermano y a desarrollar la paciencia tan necesaria para tratar con alguien tan especial; que resulta ser superdotado para las matemáticas, llegando a estar más unido a él de lo que hubiera podido pensar al principio, pese a las poca interacción que el hermano le ofrece.
Una interesante película, donde destaca la interpretación de Dustin Hoffman, sobre otros aspectos como el aire ochentero de la película y el papel de heredero díscolo de Cruise.
30 agosto, 2010
por admin
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